BAGUEERA Me enamoré a los 14 años...

Corría el año 75. Vivía en Montauban, pequeña ciudad Francesa al norte de Toulouse y mis horas se repartían entre la escuela, los paseos en bicicleta con los amiguetes y los sueños adolescentes que merecía mi edad.
Una tarde, paseando mi perro y perdido en alguna de mis fantasías, viví una experiencia casi religiosa (parafraseando a Enrique Iglesias).

Una vecinita que se había colocado de azafata en Air France, rubia cual escandinava, con unas piernas kilométricas, aparcó chillando ruedas su Bagheera rojo a mi lado.
Bajó vestida con una cazadora y una mini-minifalda ambas de cuero rojo y la siguieron, bajando del deportivo, dos perros Chow Chow, leones rojos a juego con su minifalda, su cazadora, su coche y mis pensamientos.
Con su sonrisa pícara que yo conocía desde la niñez me preguntó: ¿te gusta mi nuevo coche? y yo, que no callaba ni durmiendo, no contesté.

33 años después sigo sin palabras...

...pero tengo un Bagueera rojo!!!

Es curioso los recuerdos de los coches de antes a veces se convierten objetos de culto en nuestra vida de adultos, que ilusión mas bonita poder disfrutar de tu Bagheera y conservar el recuerdo de aquellas piernas largas y la melena rubia, yo haria de Chou Chou, mas o menos....jejeje Eduardo

Y la chica ...... que fue de ella? jajajajaja.

Hoy hoy tienes una francesa muy buapa aunque no tenga la cazadora y la ninifalda.
Un besazo para los dos

Y a mi gavacha ni tocarla que es lo mas bonito que me ha pasado en muchos años.

Un beso fuerte Isa

Y otro para todos de parte de María José y mio.